Bosques, Comunidades y Cambio Climático
- José Luis Ruiz
- 22 abr 2018
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 8 feb 2019

Los bosques son un componente importante del territorio peruano. Casi el 60% de nuestra superficie está cubierta de bosques, ubicados principalmente (94%) en la Amazonía. Perú es el segundo país en área de bosques amazónicos en el mundo (después de Brasil) y el noveno país en el mundo en la extensión de los bosques en general.
Bosques y Cambio Climático
Los bosques y, en particular los bosques amazónicos, son un factor clave a considerar en la discusión de cambio climático. Los estudios científicos han demostrado que la humedad producida en la selva amazónica es un determinante clave del clima en todo el mundo. Asimismo, aproximadamente la mitad de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) del Perú se originan en el cambio de uso de la tierra y silvicultura. Al mismo tiempo, representan una gran oportunidad: alrededor de dos tercios de las Contribuciones Nacionalmente Determinadas bajo el Acuerdo de París están relacionadas con bosques. Finalmente, los servicios ecosistémicos que brindan los bosques serán claves para nuestra adaptación a los efectos del cambio climático.
Amenazas a los bosques en Perú
Los bosques peruanos están amenazados por la deforestación y la degradación. Las causas principales son procesos sociales y económicos complejos como la agricultura migratoria a baja escala, proyectos de monocultivo a gran escala, actividades ilegales (minería, plantaciones de coca y explotación maderera), proyectos de infraestructura de comunicaciones, entre otros.
No hay una respuesta única para un problema tan complejo. Sin embargo, sabemos que para frenar la pérdida de bosques se requiere la articulación de los sectores público y privado, a nivel nacional, regional y local en torno a una visión única: la importancia de los bosques como recurso para el desarrollo sostenible.
Problemas de las comunidades nativas
Para agregar complejidad a este escenario, nos encontramos con una situación paradójica: las comunidades nativas de la Amazonía sobreviven bajo condiciones de vida inadecuadas y son, a la vez, los guardianes de todos estos valiosos recursos.
Para empoderar a las comunidades nativas, fomentar su capacidad para preservar los bosques y mejorar su calidad de vida impacto es necesario cerrar varias brechas originadas décadas o siglos atrás. Existe una brecha en la infraestructura, pues no tienen medios para articularse con el resto del país con el debido respeto a su propia cultura. Tampoco reciben una provisión adecuada de servicios públicos como educación, salud, agua potable y saneamiento, etc.
Enlazar la Conservación Forestal con las Comunidades Nativas
Con todas estas variables en mente, se considera que un componente clave de la estrategia nacional para la conservación de los bosques debe basarse en recuperar los conocimientos tradicionales y reconocer el papel de las comunidades nativas como guardianes del bosque.
Esta estrategia se basa en un ciclo de autorrefuerzo positivo en el que el uso sostenible de los bosques genera mejora en las condiciones de vida y recursos financieros para financiar la conservación y la reforestación.
Varios factores pueden acelerar este ciclo de auto-refuerzo, como la disponibilidad de investigación aplicada para encontrar mejores técnicas para un uso sostenible de los bosques y/o actividades de conservación.
Además, la disponibilidad de contribuciones financierasdel sector privado combinadas con la inversión pública podría aumentar la ambición en términos de superficie forestal restaurada o preservada.
El resultado final debería ser una situación en la que todos salgan ganando: con bosques saludables, el mundo se beneficiaría de la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y de la menor variabilidad meteorológica.
Por otro lado, las comunidades indígenas se benefician no solo del uso sostenible de sus recursos naturales, sino también de un mejor acceso a los servicios públicos y la infraestructura.
Desafíos
Si bien se ha logrado avanzar en la construcción de este círculo virtuoso en algunas Áreas Naturales Protegidas, existen importantes desafíos para el futuro:replicar las experiencias exitosas a todo el Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas.
Al mismo tiempo, es vital adaptar esta lógica a la dinámica del sector privado. Será importante desarrollar estándares para proyectos de inversión a gran escala en los que el conocimiento de las ciencias sociales combinado con la estructuración financiera pueda mejorar la creación de valor compartido para mitigar los riesgos socioambientales para nuevas inversiones y mejorar los niveles de vida de las comunidades indígenas.
Otro desafío es reducir las tierras no designadas cubiertas por bosques mediante la asignación de derechos de propiedad a comunidades indígenas, concesiones o áreas protegidas.
Finalmente, se requiere la obtención de recursos financieros que permitan acelerar el despliegue de esta estrategia. Desde donaciones para la sostenibilidad financiera de las Áreas Naturales Protegidas en la Amazonía hasta mecanismos de participación del sector privado para crear un efecto multiplicador que beneficie a las comunidades indígenas y mitigue el cambio climático.
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